Breve historia

EL ORIGEN DE NUESTRO CDL ESTÁ EN 1902

 

La búsqueda de datos sobre el Colegio de Doctores y Licenciados de Murcia nos permitió descubrir hace poco que éste se constituyó en octubre de 1931. Nuevos repasos a los viejos periódicos nos dan a conocer una curiosa “prehistoria” de nuestro Colegio: la creación en Murcia de una “Asociación de Doctores y Licenciados en Ciencias y Filosofía y Letras” nada menos que en 1902. Este descubrimiento nos otorga una antigüedad de más de cien años, lo cual nos llena de orgullo porque es muy difícil que otros colectivos, en nuestra profesión de docentes, puedan acreditar en España una veteranía tan grande.

La primera referencia a este antiquísimo movimiento asociacionista es una convocatoria que publicó “El Diario de Murcia” en octubre del mencionado año 1902. En ella se decía textualmente que “los profesores titulados de segunda enseñanza de Murcia, después de varias reuniones en las que ha brillado la más perfecta uniformidad de pareceres, respecto a la conveniencia de asociarse para el fomento de la enseñanza y para la defensa de los derechos de la clase, han establecido las bases provisionales para la constitución de una sociedad que teniendo su asiento en Murcia puede y debe extenderse su acción a toda la provincia”. Se añadía a continuación: “Los licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias, facultades cuya importancia social no incumbe a nosotros ponderar, no debemos cruzarnos de brazos ante el actual estado de la enseñanza ni permitir impasibles el olvido y preterición de nuestros derechos; derechos que nos confiere el estado en nombre de la sociedad y derechos que esa misma sociedad no conoce en perjuicio suyo y menoscabo de la educación”.

Los objetivos, en síntesis, eran estos dos: “1º, Fomento y desarrollo de la 2ª enseñanza privada. 2º, Defensa de los derechos e intereses de la clase. Finalmente, se pedía la adhesión de los licenciados de la provincia para antes del 15 de noviembre inmediato, a fin de discutir y aprobar en tal fecha el reglamento correspondiente. Firmaba en nombre de la comisión organizadora un licenciado llamado Tiburcio Alonso. Y unos días después, se repetía la convocatoria en el citado periódico, añadiendo los nombres de los componentes de la comisión: Luis Séiquer, Ceferino Pérez, José Mª Nicolás, Joaquín Novella y el mencionado Alonso.

El 29 de noviembre de 1902 se constituyó definitivamente esta Asociación. Para ello, se discutió un reglamento, que fue aprobado por unanimidad, se examinaron los pasos a seguir y se nombró una junta directiva. Tiburcio Alonso, licenciado en Filosofía y Letras, resultó elegido presidente; como vicepresidente salió nombrado Novella, licenciado en Ciencias, y como secretario, Ceferino Pérez, licenciado en Letras. Completaron la directiva cuatro vocales: uno de Ciencias (Ceferino Icabalceta) y tres de Letras (Joaquín Báguena, Luis Séiquer y José Mª Nicolás). De todos ellos, el nombre que ha llegado con mayor relieve a nuestros días el de Báguena, que fue académico correspondiente de la Historia, cronista oficial de Murcia, director del Museo Provincial y autor de varios libros; en suma, una figura importante de la cultura murciana.

Acudieron al llamamiento casi todos los licenciados en ambas ramas de la provincia; en concreto, 12 de Murcia-ciudad (contando los directivos), 8 de Cartagena, 3 de Lorca, otros 3 de Águilas, 2 de Mula y otro de La Unión. Predominaban en este colectivo los de Letras (20 frente a 9 de Ciencias) y había un solo doctor: Vicente Llovera, personaje destacado de la vida social y política de principios del siglo XX. Otros nombres importantes fueron los del sacerdote Pedro González Adalid, el poeta Andrés Blanco García y el cronista e investigador José Mª Ibáñez.

En la breve reseña de prensa se indicaba que habían acudido al llamamiento “todos los licenciados de la provincia”, afirmación un poco exagerada que se matizaba en seguida, al indicar que “los pocos (cuatro o cinco) que hay y que no figuran aún como asociados, indudablemente no habrán conocido a tiempo la convocatoria y a eso se debe el que no hayan enviado la adhesión que esperamos”.

La información concluía de este modo: “Están, pues, de enhorabuena la enseñanza privada y también los licenciados, pues si siempre es verdad que la unión es la fuerza, nunca se podrá decir esto con más razón que ahora, en que a la unión se añade la razón que nos asiste”.

Poco después, en vísperas de la Navidad de 1902, se publicó una nota con el siguiente texto: “En este Gobierno civil se ha presentado para su aprobación y a los efectos de la vigente ley de asociaciones, el reglamento por el que habrá que regirse esta nueva sociedad a la que ya pertenecen todos los profesores titulados de esta provincia y que, a juzgar por los entusiasmos de sus asociados, parece que va a dar buenos y rápidos frutos. / El secretario de la misma ha recibido atenta y afectuosa carta del señor ministro de instrucción Pública y Bellas Artes, congratulándose de la constitución y propósitos de esta sociedad. / Todo ello habla muy alto en pro de la misma sociedad, por lo que felicitamos a la junta directiva”.

Al principio del curso siguiente, celebró la Asociación la junta general que preveía su reglamento, y a la que asistieron casi todos los asociados. Se tomaron dos acuerdos importantes: el primero, pedir al ministro de instrucción Pública que dictase una disposición encaminada “a que tenga algún valor efectivo al título “de licenciado o doctor: el segundo, complementario del anterior, “oponerse con todas sus fuerzas al progreso, cada vez más creciente, por desgracia, del intrusismo”. Otros dos acuerdos, menos significativos, fueron: ponerse en relación con las asociaciones de la misma índole, existentes en España, y agradecer a los catedráticos su apoyo a la Asociación y su aliento “con sus sabios consejos” a sus componentes.

A partir de esa fecha hasta el día de hoy, el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias del Distrito Universitario de Murcia ha velado por  principios anteriormente indicados, pasando por distintas etapas como la que se vivió durante el mandato de D. Francisco Morote, cargo que ocupó durante más de 30 años.

Desde principios de los años cuarenta hasta al día de hoy, el  Colegio se provee de personas que, por dedicarse a la enseñanza media colegiada y privada o estar más o menos directamente en contacto con ella, conocieran de cerca sus problemas y estuvieran en las mejores condiciones de resolverlos. Su primordial finalidad ha de ser la ayuda al Licenciado, en las dificultades orden, cultural y material que puedan presentársele. También se procuró la defensa de los intereses de los Directores de los Colegios de Enseñanza Media, intereses supeditados a los superiores de la enseñanza.

Uno de los fines primordiales que más se ha hecho hincapié en el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias del Distrito Universitario de Murcia en su última etapa, es la formación permanente del profesorado. Es por ello que todos sus colegiados han podido acogerse a la realización de cursos programados en el tiempo como por ejemplo el “ I Simposium Internacional de Didáctica General y Didácticas Especiales” realizado en septiembre de 1982. Entre otros cursos cabe destacar el curso “Educación para la Salud y Prevención Educativa de Marginalidad y Drogas” realizada  en el año 1999, actividad la cual está reconocida por el Ministerio de Educación y Cultura y financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas.  Igualmente cabe reseñar los dos últimos cursos realizados por este Colegio Oficial. El primero titulado “El Sistema Educativo Derivado de la L.O.G.S.E.: La Educación Secundaria Postobligatoria”, realizado en mayo de 2000 y el segundo, el de la “Introducción Informática e Internet para Profesores”, realizado a principios del año 2002. Este último al amparo del convenio firmado con la Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Ampliando considerablemente el abanico de cursos impartidos estos últimos años, bien por cursos en cooperación con el Servicio de Empleo y Formación (“Formador de Formadores”, “Iniciación a la Ofimática”, “Monitor de Comedor Escolar”, “Formador Ocupacional”, etc.) o bien por una gran cantidad de cursos a través de la Consejería de Educación, Ciencia e Investigación.

Antonio Crespo Pérez.
Colegiado nº 158